miércoles, 16 de noviembre de 2011

Me apetece

Me apetece no pensar sin que el pensamiento me lo impida, me apetece que no amanezca en las noches de mis sueños favoritos, me apetece recordar y que la nostalgia no aparezca, me apetece que tu teléfono deje de comunicar, me apetece que desaparezca la mentira para que decir verdades no sea tan extraño,
me apetece gritar, callar, reír y llorar otra vez, me apetece mirarte con los ojos cerrados, me apetece que la luz entre un día por mi ventana y me enseñe el camino de la verdad, me apetece que los peones puedan matar al rey, me apetece que el equilibrio no sea tan inestable porque me puedo caer, me apetece gritar en voz baja y que me oigas, me apetece que las cárceles estén un poco más lejos todavía,
me apetece encender una cerilla bajo el agua, me apetece saber lo que tú sabes, me apetece clavar los ojos en el horizonte vertical, me apetecería que existiera el mar en mi ciudad, me apetece no regresar nuca más, me apetece que las despedidas sean alegres, me apetece mirarme a los ojos y reconocerme,
me apetece que un suave huracán te lleve muy lejos, me apetece serenar esta inquietud, me apetece escuchar el final de la canción en si bemol cuando espero otra nota diferente, me apetece tomar una cerveza con el viejo Peter Pan, me apetece que el orden vuelva a ser caótico para poder entender, me apetece volar sobre tus sueños,
me apetece emborracharme y ser feliz, me apetece que sonrías, me apetece que el vencedor sea humilde por cuarta vez, me apetece que se escuche mi alma, me apetece que la ambigüedad sea explícita, me apetece romper todas las reglas, me apetece pisar la arena y que sigas pensando en mí, me apetece agarrarte de la mano y no soltarla jamás, me apetece que la gente no piense que soy tan rara,
me apetece dormir en los brazos de la luna, me apetece visitar nuevamente tu dormitorio, me apetece que una ligera exageración me abra la puerta, me apetece tanto que no me apetezca nada...

viernes, 3 de junio de 2011

Tomás y su realidad invertida

Cuando le conocí me llenó la cabeza de fantasías, sueños, historias...

Y de pronto empecé a reparar en los tréboles de cuatro hojas, en los números capicúas, en las fechas que se repiten de manera fortuita en las vidas de los que estamos cerca.

Me di cuenta de la simetría de los palíndromos y de las palabras, y empecé a jugar con ellas (mis alumnos me ayudan mucho en eso).

Empezamos a jugar con las letras, con las imágenes, con los objetos, con los sonidos...

Descubrimos juntos el ritmo de la naturaleza, la simetría existente dentro de nuestro propio cuerpo, en los animales, en los átomos y en las moléculas del agua, en las cadenas de ADN de los cangrejos, observamos la perfección de un copo de nieve...

Y para muestra, su pequeña historia:

"Tomás era un niño que vivía en su realidad invertida y por eso, cuando se sentaba en clase, lo hacía al revés, mirando al lado opuesto, de frente al resto de sus compañeros. Por eso, éstos y la maestra, le repetían constantemente:

(A) "Date la vuelta Tomás" (5 pulsos rítmicos)

(B) "Date la vuelta y" (4 pulsos rítmicos)

(C) "Dátela ya" (3 pulsos rítmicos)



En la mente de Tomás, aquellas frases se superponían y se entremezclaban creando una atmósfera polirrítmica de letras, sílabas, palabras... elementos que se transformaban como un caleidoscopio de sonidos...."


El que lo pille que lo experimente. Es muy fácil!

Nos dividimos en tres grupos A, B, y C. Cada uno repite su fórmula respetando un pulso igual para todos. El pulso es esencial ya que todo ha de estar perfectamente sincronizado.


Primero puede probarse con el texto completo pero, lo verdaderamente impresionante es hacerlo diciendo tan solo la primera sílaba de cada frase "DA" en su lugar preciso, manteniendo el silencio en el resto de sílabas y respetando rigurosamente el ciclo.


El final de la pieza se establece cuando los tres grupos A, B y C coinciden de nuevo con la sílaba "DA" al unísono.



Tiene una explicación matemática, como casi todo.


Abrid bien los oídos y disfrutad escuchándolo!


Creí que merecía la pena compartirlo.

Gracias maestro Polo. Gracias.