martes, 29 de julio de 2008

Tarde o temprano el hombre que gana es el que cree poder hacerlo. Rudyard Kipling.


Creemos en nuestras fuerzas desde el primer momento. El 3 de julio nos levantamos a las 6 y salimos casi de noche a caminar. Al principio el camino es duro, hace mucho frío y vamos por la carretera. A la hora y media, paramos en Hospital a tomar algo caliente y reponer energías para poder llegar al alto de San Roque, nada menos que 1306 m. que no es poco. Allí hay un monumento al peregrino, a partir del cual el camino se vuelve precioso. Pasamos por unos pueblos muy bonitos y conocemos de camino a una maestra como nosotros que viaja sola, nos cuenta su historia del camino... Los peregrinos tienen muchas cosas que contar... Más adelante, en Pasantes, compramos unas frambuesas deliciosas y dejamos el dinero (1€) en una huchita que hay en la puerta de la casa de piedra donde las venden. Ya queda menos. Al entrar en Triacastela nos damos cuenta de lo poco que hemos tardado y lo bien que lo estamos pasando, conocemos nada más poner un pie en el pueblo a un aldeano que vende palos para ayudarte a caminar, nos enseña como hacerlo pero nosotros ya tenemos el nuestro. En Triacastela nos alojamos en el albergue municipal en una habitación junto a Fuen y Pepito, dos peregrinos de Sevilla con los que compartiremos buenos ratos a lo largo del camino, nos ofrecen alcohol de romero para descansar los pies... ¡qué refrescante! Comemos unos huevos con lomo para chuparse los dedos y allí conocemos a un vaquero inglés espectacularmente guapo, que viajaba desde Barcelona a caballo... no le volvemos a ver más. Nuestro amigo de Málaga se nos presenta y charlamos un rato con él, se llama Juan y viene solo. La tarde transcurre tranquila, visitamos el pueblo, la iglesia, compramos frutita para cenar, lavamos nuestra ropa y descansamos en la pradera que hay frente al albergue. Descubrimos en un rincón del pueblo unas cuantas frases de Rudyard Kipling que nos animan a seguir... Nos quedan 129 km. Buenas noches...

lunes, 21 de julio de 2008

Camino de Santiago, un reto de superación personal



2 de julio. Salimos de Madrid a las 10:30 h, con tan sólo una mochila y muchísimas ilusiones. Llegamos a Cebreiro hacia las 18 h después de subir nuestro primer reto: 3 o 4 Km desde donde nos deja el autobús con una pendiente entre el 18% y el 25%. Casi nada. Al llegar al pueblo nos adentramos en el mágico mundo del camino, unos chicos muy amables que están acampados al lado de la iglesia nos acompañan por el pueblo hasta el albergue. Los peregrinos nos acogen cálidamente, el comienzo ha sido estupendo. Después de comprar fruta para el desayuno y poner nuestro primer sello en la credencial, cenamos muy bien como no podía ser de otro modo en Galicia: caldo gallego, "queisu" de Crebreiro y huevos con magras. Delicioso. Coincidimos allí con un peregrino muy especial que nos acompañará hasta el último día, no sabemos su nombre, tan sólo que es del sur y que tiene ganas de hacer amigos. Hemos llegado muy tarde así que el albergue está completo, tenemos que dormir en una pensión y descansar bien para el duro día siguiente. Nos quedan 151 km para llegar. Buenas noches...